Siempre en mi mente, de pie y alrededor de una mesa, todos los que están y los que no.
Hoy la cocina nos acerca al pasado, un pasado no muy lejano, y que recuerdo con claridad…
Almortas, agua, aceite, sal, pimentón y algunos ajos bien dorados, apenas nada más…
Eso es lo que mi abuela contaba mientras trabajaba la harina como tantas y tantas veces… al mismo tiempo el fuego y la dedicación de la cuchara hacían que estas cambiaran su color, se transformasen lentamente, aproximándose a lo que querían ser…
Ahora, hoy, la misma receta, y aun en tiempos de crisis, pedazos de matanza…
Aromas, imágenes, sabores… recuerdos que no se olvidan, porque es lo que hace la cocina, llevarte a donde quieras ir…
Billete de ida y vuelta en first class.
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